De vuelta de todo

El blog de un joven que cuenta lo que le viene a la cabeza, casi siempre cosas que le enfurecen enormemente.

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domingo, diciembre 18, 2005

Crónicas desde Valdecilla (I)

No fumo y odio el tabaco, es más, encuentro odioso ir a un bar y que allí se fume. Si no soy el único que piensa eso seguro que algún perspicaz empresario hostelero (probablemente yo mismo) monte un bar en el que este prohibido fumar. Si no hay bares de “no fumadores” es porque no existe una necesidad real de ellos, la gente cuando sale a tomar una copa aguanta que su compañero fume. El Estado cada día se mete más en la vida privada de las personas. Las adicciones son repugnantes y repulsivas pues hacen que la persona sea más débil, puesto que se es más fuerte cuanto más libre se es. Pero esas mismas personas que, hoy en día, libremente empiezan a fumar conocen los efectos del tabaco y racionalmente empiezan a fumar, quizás a muchos de nosotros nos repugne tal razón, pero yo no me siento investido de ninguna fuerza moral ni intelectual para decidir que cosa ha de hacer otra persona que no sea yo mismo, es más, la gente que cree saber que es lo mejor para otra persona suelen ser gente bastante peligrosa La gente que empieza a fumar quizás lo hace para reforzar su sentimiento de adulto, para integrarse mejor en un grupo,… es decir, piensa que va a recibir más beneficios fumando que no, luego, con 40 años, se arrepentirá y si cree que va a recibir más beneficios dejando de fumar que daño momentáneo sufrirá mientras lo deja, lo hará, a todos nosotros nos parece que hay más beneficios, pero no debemos olvidar que el leve bienestar actual nos suele importar más que el posterior bienestar mayor. Esta ley “antitabaco” es difícil de cumplir, liberticida y además, no existe demanda social. Por favor, que no destruyan ese aire toxico, contaminante y cancerigeno que se respira al entrar a un bar, es como hacer una corrida de toros en la que no se vea sangre. La estética, hoy en día, es de las pocas cosas que nos quedan. P.D.: Intentare escribir algo humorístico, sé que mi publico lo necesita, igual que mucha gente necesita echar un piti mientras se toma un blanco.