Fashion victim
Soy un fashion victim, acabo de regresar de “Navas: Peluqueros”. El nombre parece indicar que son dos peluqueros divinos de la muerte que se sodomizan entre corte y marcado, pero no, son dos barberos de los de toda la vida, de los de bata blanca (tanto es así, que según entre y le vi sentado, pensaba que era un farmacéutico que iba a que le cortaran el pelo)
Bueno, después de sentarme y decirle que quería, es decir, el mismo estilo que llevo pero mas corto, el barbero empezó a cortar el pelo, con unas maneras muy poco delicadas pero que denotaban precisión. El estilista perfecto tendría la precisión del barbero y la mariconería del peluquero.
Lo único negativo a destacar es el precio, un euro más que en la peluquería en la que me lavan el pelo de esa manera tan sexual y la actual situación de mi colleja, que ha requerido atenciones por parte de mi madre, es decir, tengo todo el pescuezo lleno de crema hidratante.
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