Puto móvil
Hoy he ido al hospital, nunca jamás había visto tanta gente y nunca había visto tanta vulgaridad. Creo que la marginalidad se apiña en los servicios de urgencias de la seguridad social. La gente no sabe esperar con orden, solo sabe gritar a los celadores, hablar alto y molestar a los que como yo deseamos estar en la sala de espera de un hospital con un mínimo de tranquilidad. Hijos de puta los que no apagan el móvil en el hospital. El otro día andaba esperando a que viniera mi padre a buscar y oí a dos hombres mayores hablar de las obras públicas. Uno se quejaba de las carreteras que estaban haciendo en nosédonde y el otro decía que faltaba dinero para hacer obras. Lo que es remarcable es que hablaban del dinero público como de dinero que no fuera suyo, como si tiraran pólvora del rey, cuando realmente los que tiran con pólvora del rey son los políticos, o mejor dicho, con pólvora de esos dos hombres y del resto de los ciudadanos. Muchos de nosotros estamos llenos de la ponzoña estatista que nos impide ver que el libre mercado es capaz de proporcionarnos todo lo que necesitamos, incluso carreteras. Para un breve resumen sobre esto recomiendo la siguiente web: http://www.liberalismo.org/articulo/223/12/ Platón era un hijo de puta. Hesiodo era otro hijo de puta.
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